La temporada anual de premios significa momentos de tensión, no solo por parte de quienes forman parte de la industria del entretenimiento, sino también, para el público que año con año se esmeran en ver todas y cada una de las producciones que se realizan para estar al tanto y apoyar a su favorita. A medida que nos acercamos a los Premios Oscar de 2025, las expectativas y debates sobre las nominaciones ya han comenzado a tomar forma. El cine de la última década ha sido testigo de cambios sustanciales, tanto a nivel técnico como narrativo, y los Oscar no son ajenos a esta transformación. Pero si bien se espera que las nominaciones reflejen estos avances, también es probable que sigan existiendo las mismas tensiones y contradicciones de siempre: la lucha entre lo comercial y lo artístico, lo inclusivo y lo tradicional, y el riesgo versus la seguridad.
El día de hoy se dieron a conocer todos los nominados a la 97º entrega de los premios de la academia, en donde figuran varias cintas y actores que, en la opinión pública, no merecen estar en esta lista y otras que, efectivamente merecían estar y la academia simplemente ignoró. Un tema que ha cobrado relevancia en las nominaciones previas es la diversidad de voces y géneros. En los últimos años, la Academia ha mostrado un compromiso con la inclusión y la representación, y se espera que continúen en esa dirección. Películas que abordan temas sociales y políticos podrían ser contendientes fuertes, como es el caso de algunas producciones europeas y latinoamericanas que están recibiendo elogios en festivales internacionales. En el apartado de Mejor Película, se anticipa una competencia reñida entre títulos de gran presupuesto y algunas producciones independientes de alto impacto.
Las nominaciones de 2025 podrían marcar un punto de inflexión en cómo la Academia valora el cine contemporáneo, pero también corren el riesgo de quedar atrapadas en una fórmula demasiado familiar. El Desafío de la Diversidad: ¿Realmente Ha Cambiado Algo? Uno de los temas recurrentes en las últimas ediciones de los Premios Oscar ha sido la falta de diversidad, tanto en las películas nominadas como en los votantes. Desde la iniciativa #OscarsSoWhite, la Academia ha intentado hacer ajustes, tanto en su membresía como en sus criterios de selección. Sin embargo, aún persiste la sensación de que estas decisiones a menudo no reflejan cambios profundos, sino ajustes superficiales que responden más a la presión externa que a un compromiso real con la inclusión.
Una de las polémicas más grandes de este año es la participación de la cinta Emilia Pérez en la ceremonia, ya que cuenta con 12 nominaciones en las cuales se encuentran Mejor película, Mejor dirección, Mejor Actriz Protagonista por Karla Sofía Gascón, Mejor Fotografía, Mejor Edición de Sonido, Mejor Edición, Mejor Película Internacional, Mejor Canción Original por “El Mal y Mi Camino”, Mejor Actriz de Reparto por Zoe Saldaña, Mejor Guion Adaptado, Mejor Banda Sonora, Maquillaje y vestuario. Sin duda una verdadera injusticia darle tanta atención a una cinta que no lo merece y que en su lugar personas como Margaret Qualley, quien dio una actuación enorme en “la sustancia”, fue totalmente ignorada por la academia.
A lo largo de la última década muchos expertos aseguran que estos premios no premian en sí lo mejor del cine, sino lo que más sobresale a nivel de tendencia y eso explica por qué tantas nominaciones a la cinta dirigida por Jacques Audiard pero, debemos preguntarnos, ¿es la inclusión de estos grupos minoritarios un movimiento genuino para darle voz y voto o solo se busca vender a costa de su situación?, por muchos años, cintas protagonizadas por actores de color fueron ignoradas por mantener una actitud de racismo; hoy en día, afortunadamente, estas cintas han cobrado relevancia pero, como se menciona anteriormente, hay muchas más que son ignoradas y otras que de plano, no lo merecen, tal es el caso de Emilia Pérez.