En los últimos años, el mercado del entretenimiento ha sido testigo de una feroz competencia entre las plataformas de streaming. Empresas como Netflix, Disney+, Amazon Prime Video, HBO Max, Apple TV+ y más han entrado en una batalla por la atención y suscripción de los usuarios. Esta guerra se intensificó con la proliferación de servicios exclusivos, cada uno con su propio catálogo de producciones originales. Disney+, por ejemplo, se ha apoyado en sus franquicias de Marvel, Star Wars y Pixar, mientras que Netflix sigue apostando por contenido original en múltiples idiomas.
Uno de los factores clave en esta competencia es el modelo de negocio. Algunas plataformas han adoptado estrategias híbridas, combinando suscripciones con publicidad (como el plan con anuncios de Netflix), mientras que otras dependen de contenido en vivo o eventos exclusivos para atraer espectadores.
Otro aspecto importante es la segmentación del mercado. Plataformas como Apple TV+ buscan ofrecer calidad sobre cantidad, mientras que servicios como Amazon Prime Video usan el streaming como complemento de otros beneficios.
A medida que crece la oferta, también lo hace la fragmentación del contenido, lo que ha llevado a muchos usuarios a suscribirse a múltiples servicios o buscar alternativas como la piratería. En este contexto, la guerra del streaming continúa evolucionando, con nuevas estrategias, alianzas y competencia por dominar la industria del entretenimiento digital.