¿Sabías que el tipo de taza en la que tomas tu café puede cambiar cómo lo percibes? No es magia, es ciencia y un poquito de psicología.
☕ 1. Material
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Cerámica: Retiene bien el calor, no aporta sabor. Es una de las mejores opciones.
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Vidrio: Neutral como la cerámica, pero se enfría más rápido.
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Metal (acero inoxidable): Puede alterar el sabor ligeramente, dándole un toque metálico si no está bien tratado.
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Plástico: Puede modificar el sabor, sobre todo si es de baja calidad o está muy usado.
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Porcelana: Similar a la cerámica, pero más delicada. Aporta elegancia y buena retención térmica.
☕ 2. Forma y tamaño
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Las tazas anchas permiten que el aroma se libere mejor (importante en cafés de especialidad).
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Las tazas más cerradas concentran el aroma, ideal para espressos.
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Una taza muy grande puede hacer que el café se enfríe rápido, cambiando su sabor al enfriarse.
☕ 3. Color interior
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Aunque parezca raro, el color interior de la taza puede influir en la percepción del sabor. Por ejemplo, los estudios indican que el café puede parecer más amargo en una taza blanca y más dulce en una taza azul o transparente, debido a asociaciones visuales.
☕ 4. Textura
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Tazas con interior rugoso o poroso pueden atrapar residuos y alterar sabores con el tiempo.
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Superficies suaves y lisas mantienen el sabor más puro.
En resumen: sí, la taza sí influye en cómo percibimos el café, aunque no lo transforma realmente. Es una mezcla de física (retención de calor), química (materiales) y psicología (percepción sensorial).