Los tonos de ropa influyen en nuestra apariencia porque la cercanía al rostro afecta cómo percibimos arrugas y ojeras. Un color hermoso puede verse severo o apagado en la piel. Por ejemplo, los tonos oscuros tienden a profundizar sombras faciales, restando luminosidad y haciendo que la mirada y líneas de expresión destaquen.
Por otra parte, los tonos más neutros como gris o beige pueden diluir el contraste natural entre piel y ropa, produciendo un efecto apagado que nos aumenta años sin darnos cuenta.
Cuando se trata de nuestro stylist, solemos utilizar prendas y tonos de ropa que son parte de nuestra esencia. Sin embargo, así como hay tonalidades que nos rejuvenecen, algunas podrían tener un efecto indeseado, te decimos qué colores de ropa envejecen al instante.
Los colores de ropa que envejecen suelen ser aquellos que coinciden con subtonos fríos o neutros sin vitalidad, especialmente si no equilibramos el outfit con otros tonos que aporten vitalidad. La falta de contraste entre el color de piel y la ropa genera un efecto de ‘pérdida de vida’, causando un efecto de envejecimiento.
Si quieres saber qué tonos de ropa podrían sumarte más años de los que en realidad tienes, presta mucha atención a los siguientes y mejor sácalos de tu clóset.
Negro y azul muy oscuro: cercanos al rostro, acentúan líneas de expresión y ojeras, dándonos un aire lúgubre o aún de luto. Especialmente son poco recomendados a partir de los 40-50 años, ya que hacen ver la piel más opaca.
Grises y beige: tonos elegantes pero apagados, especialmente si coinciden con matices de piel claros. Disminuyen la frescura facial y pueden hacernos parecer más mayores.
Tonos pastel y neón: el rosa claro, celeste o verde menta sin contraste se mezclan con la piel, dando apariencia enfermiza; mientras que los neones pueden resaltar marcas, arrugas y dar una sensación discordante.
Verde caqui, marrón oscuro, óxido y mostaza: si tu piel tiene subtonos amarillentos, estos tonos fortalecen ese matiz, producen fatiga visual y añaden años sin piedad.