A lo largo de su carrera, Lana Del Rey ha desafiado las tendencias pasajeras con un estilo propio, nostálgico y emocional. Sus looks parecen sacados de una película antigua, donde la melancolía y la sensualidad se entrelazan con una naturalidad desarmante. Con influencias claras del Hollywood clásico, la cultura americana de los años 50 y 60, y un toque bohemio moderno, Lana ha creado un guardarropa que habla tanto de su arte como de su identidad.
Entre sus mejores looks destacan:
1. La Reina del Vintage en los Premios Grammy 2018
Vestida con un delicado vestido blanco con estrellas bordadas de Gucci, y una corona de estrellas doradas, Lana deslumbró en los Grammy con un look celestial que parecía sacado de un sueño art déco. Este conjunto capturó a la perfección su dualidad: etérea y poderosa, nostálgica y actual.
2. La Musa Californiana en Coachella
En sus presentaciones en festivales como Coachella, Lana optó por vestidos fluidos, flores en el cabello y maquillaje suave. Uno de sus looks más recordados fue un vestido largo color crema con estampados florales, combinado con ondas suaves y un aire de ensueño. Un look bohemio que reflejaba su sensibilidad artística y conexión con la estética hippie californiana.
3. El Glamour Retro en la Alfombra Roja de Cannes
En Cannes, Lana apostó por un vestido negro de corte clásico con escote corazón, guantes largos y un peinado recogido con ondas al estilo de las divas de los años 60. Fue un tributo elegante a íconos como Elizabeth Taylor o Sophia Loren, que reafirmó su amor por el glamour atemporal.
4. La Femme Fatale en la Era Born to Die
Durante la promoción de Born to Die, Lana adoptó una estética de “femme fatale” con vestidos ceñidos, labios rojos, delineado cat-eye y una actitud vulnerable pero poderosa. Las coronas de flores, presentes en el icónico videoclip de “Born to Die”, se convirtieron en un símbolo visual de su marca personal.
5. Sencillez Sublime en la Era Norman Fucking Rockwell
Con su álbum Norman Fucking Rockwell, Lana mostró una faceta más madura y minimalista. Optó por prendas más sobrias: vestidos camiseros, trajes de dos piezas en tonos neutros y peinados relajados. Sin perder su esencia romántica, este cambio reflejó una evolución artística también visible en su música.
Lana Del Rey ha demostrado que la moda puede ser un lenguaje emocional y narrativo. Sus elecciones estilísticas no responden a lo que dicta la industria, sino a una visión íntima y coherente con su universo sonoro. Es por eso que su estilo resuena con tantos: porque no es solo cuestión de ropa, sino de identidad, arte y emoción.
Más allá de las alfombras rojas y los videoclips, Lana ha inspirado editoriales, diseñadores y a miles de seguidores que encuentran en su estética una forma de expresión personal. En un mundo saturado de modas pasajeras, su legado estilístico es prueba de que la autenticidad —por muy melancólica o romántica que sea— nunca pasa de moda.