La empresaria de Fenty Beauty complementó el look con unas sandalias de tiras en el mismo tono, creando un conjunto monocromático que parecía haber sido pensado para brillar sin competir con el traje negro impecable de Saint Laurent que llevaba Rocky. Un dúo perfectamente sincronizado, digno de portada.
Rihanna ha hecho una de esas apariciones que solo ella sabe convertir en evento global. Esta noche, la superestrella apareció en el Festival de Cannes 2025 sin previo aviso, encendiendo aún más la emoción en la alfombra roja.
Con su característica aura de estrella inalcanzable y estilo inquebrantable, Rihanna asistió para apoyar a A$AP Rocky, quien protagoniza “Highest 2 Lowest”, la nueva película de Spike Lee junto a Denzel Washington. Un trío legendario, pero, seamos sinceros, cuando Rihanna entra en escena, el foco inevitablemente se desplaza sobre ella.
Como no podía ser de otra manera, la cantante, empresaria y mamá en camino llegó impecable a la escalinata más famosa del cine, aportando su épico estilo premamá con un vestido color azul maya de la firma Alaïa. De silueta ajustada y con aberturas perfectamente creadas, la prenda dejaba entrever su barriguita con orgullo, como solo Rihanna sabe hacerlo.
Pero lo más memorable no fue solo el look (aunque era difícil apartar la mirada). Fue el momento que se vivió frente a los paparazzi: Al salir del estreno, la lluvia comenzó a caer sobre la alfombra, empapando a fotógrafos, asistentes y fans. Y, sin embargo, Rihanna avanzó con calma y elegancia, protegida por Rocky, quien sostuvo el paraguas como si se tratara de una cita romántica íntima.
Ella, radiante bajo el agua, con la cabeza alta y la piel iluminada, parecía ajena al caos. O más bien, parecía fluir con él, como si el desorden del clima fuera parte del espectáculo.