Recientemente se dieron a conocer los nominados que compiten por el preciado premio de la academia, sin embargo, a la par, muchos detalles de algunas películas salieron a la luz, como el hecho de uso de inteligencia artificial en algunas cintas nominadas. Si bien el tema de la IA no es algo nuevo en relación a la rama artística, es cierto que ha causado cierta indignación por parte de los puristas del cine y es que, si bien, estas herramientas han ayudado para lograr cosas que de forma manual serían muy complicadas, a su vez, han habido discusiones sobre que tanto esta forma de creación es valida hasta el punto de llegar a ser consideradas para un premio.
Desde guiones generados por algoritmos hasta efectos visuales hiperrealistas y voces sintetizadas de actores, la IA ha emergido como una herramienta fundamental para la creación y producción de contenido audiovisual. Sin embargo, su presencia también ha desatado debates éticos, artísticos y legales que están marcando un antes y un después en Hollywood y más allá.
Este año, varias películas y series nominadas han integrado la inteligencia artificial en sus procesos de producción; algunos guionistas han utilizado IA para crear borradores iniciales, desarrollar diálogos más naturales o explorar múltiples opciones narrativas en menor tiempo. Una de las películas más destacadas, El infinito en código, nominada al Oscar a Mejor Guion Original, fue escrita parcialmente con la ayuda de una IA que ofreció ideas para escenas complejas y estructuras narrativas experimentales.
Aunque la IA ha ampliado los límites de la creatividad, su integración en el cine ha generado importantes polémicas; los sindicatos de escritores y actores han expresado preocupaciones sobre el impacto de la IA en los empleos de la industria. Algunos temen que los guionistas sean reemplazados o que actores vean su imagen y voz utilizadas sin su consentimiento. Durante las negociaciones recientes entre el Sindicato de Actores (SAG-AFTRA) y los estudios, uno de los puntos más discutidos fue la protección de los derechos digitales de los artistas.
Críticos y cineastas han debatido si las creaciones asistidas por IA pueden considerarse verdaderamente “arte”. Aunque las herramientas de IA facilitan la producción, algunos cuestionan si estas obras pierden el toque personal y la profundidad emocional que solo un ser humano puede aportar. La legalidad del uso de IA en la creación de contenido también ha sido un tema espinoso. ¿Quién posee los derechos de un guion generado por un algoritmo? ¿Qué sucede si una obra creada por IA utiliza patrones o estilos derivados de otros artistas sin su consentimiento? Estas preguntas aún no tienen respuestas claras y están redefiniendo la legislación en torno a la propiedad intelectual.
A pesar de las controversias, el avance de la inteligencia artificial en la industria cinematográfica parece inevitable. Cada vez más cineastas están adoptando estas herramientas para reducir costos, optimizar procesos y explorar nuevos territorios creativos. Sin embargo, el desafío será equilibrar la innovación tecnológica con el respeto por los derechos y la sensibilidad artística. En esta temporada de premios, la IA no solo es un recurso técnico, sino un tema central en las conversaciones sobre el futuro del cine. Si bien algunos la ven como una amenaza para los empleos y la creatividad, otros la consideran una oportunidad para ampliar las posibilidades narrativas y democratizar la producción audiovisual.
Con películas y series que demuestran el potencial de la IA para enriquecer la narrativa y la estética del cine, 2025 podría marcar un punto de inflexión en la historia del entretenimiento. Ya sea como herramienta de creación o como fuente de debate, la inteligencia artificial ha dejado claro que no solo es parte del futuro, sino también del presente del séptimo arte. ¿Estamos listos para abrazar este cambio o debemos pausar para reflexionar? El público, los artistas y la industria tienen la última palabra en este emocionante y complejo momento de transición.